Las fresas son una de las frutas más apreciadas. Según las variedades, los fresales florecen desde finales del invierno hasta principios del verano, por lo que los frutos maduran durante toda la primavera y bien entrado el verano; desde el mes de marzo hasta julio.
Las fresas son frutas que aportan pocas calorías y cuyo componente más abundante, después del agua, son los hidratos de carbono (fructosa, glucosa y xilitol). Destaca su aporte de fibra, que mejora el tránsito intestinal. En lo que se refiere a otros nutrientes y compuestos orgánicos, las fresas son muy buena fuente de vitamina C y ácido cítrico (de acción desinfectante y alcalinizadora de la orina, potencia la acción de la vitamina C), ácido salicílico (de acción antiinflamatoria y anticoagulante), ácido málico y oxálico, potasio, y en menor proporción contienen folatos y vitamina E.
La vitamina C, al igual que la vitamina E y los flavonoides (antocianos); pigmentos vegetales que le confieren a estas frutas su color característico, son sustancias de acción antioxidante. Se sabe el consumo de alimentos ricos en antioxidantes, entre ellos las fresas, contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas e incluso de cáncer. El potasio, mineral abundante en esta fruta, les confiere una ligera acción diurética, que favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo. Son beneficiosas en caso de hipertensión, hiperuricemia y gota, cálculos renales (salvo de oxalato de calcio) y en caso de retención de líquidos, ya que al estar aumentada la producción de orina, se eliminan además de líquidos, sustancias de desecho disueltas en ella como ácido úrico, urea, etc.
Por su sabor dulce y perfumado, las fresas son deliciosas cuando se toman al natural, pero se pueden escoger distintas formas para servirlas: sin sus pedúnculos y azucaradas, colocadas en forma de pirámide con hojas de fresas dispuestas en diferentes lugares, espolvoreadas con un poco de pimienta o rociadas con zumo de naranja, limón o lima o un buen vinagre balsámico para realzar su sabor. Quedan exquisitas bañadas con Beaujolais, burdeos o cava y por supuesto también con nata, si bien merece la pena probar con otras alternativas más ligeras, en especial si se consumen a menudo.
Doscientos gramos de fresas cubren el doble de las necesidades diarias de vitamina C y con tan sólo 70 calorías.
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